[FÚTBOL]: La Novena, el gol de Glasgow

15 de mayo de 2002, Hampden Park Stadium, Glasgow: el Real Madrid vence por 2-1 al Bayer Leverkusen en la final de la Champions League...

Ha sido un partido muy intenso, con emoción hasta el final y en el que se ha marcado un gol que debería permanecer en el recuerdo de todos por siempre.

Roberto Carlos, desde la banda izquierda, realiza una asistencia que no va a ser desperdiciada por el asistido: Raúl.

¿¡Qué!? ¡Qué estoy diciendo! ¡El gol de La Novena es el de Zidane! ¿O no?

Todo el mundo, cuando recuerda esa final, habla del gol de Zizou: es uno de los mejores goles marcado en las finales. Yo, sin embargo, me acuerdo del gol de Raúl. Son completamente diferentes, cada uno tiene sus características, sus virtudes, su valor...

• ZIDANE: Técnico, plástico, decisivo, complicado, afortunado, sorprendente, admirable, bello, mágico, fílmico, increíble...




• RAÚL: Fútbol

No voy a discutir que el gol de Zidane sea más bonito o cualquiera de los atributos anteriormente comentados. Para mí, simplemente, el gol de Raúl es mejor.

Ese tanto define por completo al siete: fútbol 100%. Desde el pitido inicial hasta el final, no hay otra cosa en su cabeza: el partido, ganar, ser el mejor. El gol de Zidane es complicado a la par que afortunado... el de Raúl es mucho más complejo y, a la vez, fruto de una mente tan superior que sólo el Lex Luthor del "Superman" original osaría competir con él en ese aspecto.

Resulta fascinante comprobar cómo, en el día D, la final, el partido más importante, esperado durante años o incluso toda una vida, el momento culminante de muchas carreras deportivas, el enfrentamiento más deseado, los minutos más tensos y concentrados... resulta fascinante, como digo, comprobar que alguien puede tener tanto fútbol en la cabeza y los pies como para poder inventarse ese gol, convirtiendo a los rivales en simples niños que no saben a lo que juegan, haciendo palidecer a miles de aficionados. ¡¿Cómo puede haber marcado ese gol?!

El tanto no fue excesivamente bonito. Tampoco se trató de un golpeo técnico, más bien la dió mordida. En ningún caso decisivo pues Lucio empató el partido varios minutos después, precediendo la obra maestra de Zidane. Pero, en ese momento, desde el comienzo de la jugada (el saque de banda de Roberto Carlos) hasta la finalización, Raúl fue el fútbol y el fútbol fue Raúl.

No será recordado en muchas ocasiones; siempre prevalecerá en el recuerdo de casi todos el gol de Zidane, aquella bella estampa. Pero, para mí, a pesar de la incomprensión de la gran mayoría de la gente, el gol de Glasgow fue el gol de Raúl.

Gol de Raúl
Gol de Zidane

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